miércoles, 29 de agosto de 2018

Aprendizaje mágico a través de la Papiroflexia

Cada inicio de curso muestro a mi alumnado de Educación Primaria la “Doble estrella flexicubo” de David Brill. Es muy gratificante ver sus caras de asombro mientras muevo la figura y cambia de color, su “¡oh!” final no tiene precio cuando ven que el cubo se transforma en dos estrellas. La siguiente expresión que son capaces de pronunciar es “¿me lo regalas?”. Es ahí cuando aprovecho para decirles que prefiero enseñarles a plegarlo, a lo que ellos siempre responden que les encantará aprenderlo. Así de sencillo es el modo que tengo de introducir a mi alumnado en el mágico mundo de la Papiroflexia.

Algunos prefieren llamarlo Origami, yo me inclino por Papiroflexia -a la que defino como “el arte del papel plegado”- aunque, en realidad, hablamos de la misma disciplina, el mismo arte. En todo caso se trata de obtener figuras diversas a través de pliegues precisos y ordenados de un pedazo de papel, sin realizar cortes ni usar pegamento.

Investigar sobre su etimología y su origen nos aportará los primeros beneficios. Nos activará el deseo de conocer cómo después de la invención del papel, hace ya más de 2.000 años, las distintas culturas lo han plegado por muy variadas razones.

La etapa de Educación Infantil es un buen momento para iniciar a nuestro alumnado en el mundo de la papiroflexia plegando figuras muy sencillas. Esta actividad les ayudará a mejorar la coordinación motriz del movimiento de dedos, manos, codos y hombros, así como la coordinación de las manos con los ojos; además contribuye en el proceso de maduración del cerebro en los más pequeños, ya que la coordinación exige el uso de ambos hemisferios cerebrales. Según avancemos con ejercicios más complejos estaremos potenciando la concentración y precisión manual.

Más tarde, a lo largo de Primaria se trabajan las bases de la papiroflexia, establecidas en 1955 por Akira Yoshizawa. Se trata de diagramas que nos marcan los pasos para la ejecución de ciertas formas básicas, a partir de las cuales se obtienen muchas de las figuras que es posible realizar con la técnica del plegado de papel. Las principales son: base bomba de agua, base preliminar, base cometa, base pez y la base pájaro. Las marcas que quedan en el papel doblado, llamadas cicatrices, dibujan en la hoja un verdadero mapa de operaciones de simetría y geometría, que nos ayudarán a comprender conceptos matemáticos como, por ejemplo, diagonal, vértice, rectas paralelas y perpendiculares, bisectriz, etc., de forma manipulativa.

Otro de los beneficios que nos aporta la papiroflexia es su valor social. Siempre que es posible, incluyo alguna tarea con papiroflexia en los proyectos de aula que contribuya a desarrollar su conciencia social. El curso pasado, el alumnado de Cuarto plegó y vendió unas ranas saltarinas con las que se colaboró con “Juegaterapia” y la historia de Sadako Sasaki, con sus famosas 1.000 grullas de papel, es un estupendo material para trabajar, por ejemplo, el día de la Paz.

Para aquellos que deseen utilizar la papiroflexia como recurso didáctico en el aula os recomiendo el curso gratuito que tengo compartido en Papirocurso.

Para aquellos que busquen profundizar, que quieran compartir con otros plegadores, todo lo que la papiroflexia nos aporta, recomiendo hacerse socio de la “Asociación  Española de Papiroflexia”.